En una sesión maratónica del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), las ministras y ministros se reunieron el martes para discutir la acción de inconstitucionalidad número 57/2024, presentada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. La institución judicial asestó un golpe duro al rechazar con seis votos la reforma que buscaba reconocer la violencia vicaria como una forma autónoma de agresión contra las mujeres.
La violencia vicaria se refiere a la situación en la que los hijos, hijas o seres dependientes son utilizados como armas para lastimar emocionalmente y psicológicamente a las madres o cuidadoras. Esta práctica ignominiosa ha sido ampliamente documentada y denunciada por organizaciones de derechos humanos y feministas, quienes han destacado su impacto devastador en la vida de las víctimas.
La reforma que buscaba reconocer la violencia vicaria como un delito autónomo se inspiró en el reconocimiento internacional de este tipo de agresión como una forma de violencia contra las mujeres. Sin embargo, el pleno de la SCJN decidió rechazar esta iniciativa, lo que significa que la violencia vicaria ya no será considerada un delito autónomo y no podrá ser sancionado de manera particular.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos había argumentado que el reconocimiento de la violencia vicaria como un delito autónomo era necesario para garantizar la protección integral de las mujeres y sus hijos o hijas. Sin embargo, el pleno de la SCJN se mostró indiferente a este razonamiento y decidió no reconocer esta forma de agresión como un delito separado.
La decisión tomada por la SCJN puede tener consecuencias graves para las mujeres que han sufrido violencia vicaria. En lugar de ser consideradas víctimas autónomas, ahora tendrán que demostrar que han sido objeto de otra forma de violencia, como la violencia física o emocional, para recibir protección y sanción.
La reacción a esta decisión ha sido devastadora en el ámbito de los derechos humanos y feministas. «Esta decisión es un golpe duro contra las mujeres y sus hijos o hijas», declaró una representante de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. «Nosotros creemos que la violencia vicaria debe ser reconocida como un delito autónomo y sancionada en consecuencia».
La decisión de la SCJN también ha generado preocupación entre las organizaciones feministas, quienes han destacado el impacto devastador que esta forma de violencia puede tener en la vida de las víctimas. «La violencia vicaria es un tipo de violencia psicológica y emocional que puede llevar a una situación de sumisión y dependencia», dijo una activista feminista. «Es fundamental reconocer este delito como autónomo para proteger a las mujeres y sus hijos o hijas».
En resumen, la decisión tomada por el pleno de la SCJN es un golpe duro contra las mujeres y sus hijos o hijas que han sufrido violencia vicaria. Esta forma de agresión debe ser reconocida como un delito autónomo y sancionada en consecuencia para garantizar la protección integral de los derechos humanos y feministas.